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Introducción
Una infección de oído es una enfermedad muy común y frecuente, tanto en adultos como en niños, en donde estos últimos tienden a ser los más afectados por la misma. De forma general, esta infección ocurre en el oído medio, aquella zona que se encuentra detrás del tímpano, en el oído medio, y que cuenta con una serie de pequeños huesillos vibratorios. Cuando ocurre una infección, bien sea por algún virus o por una bacteria, el oído medio comienza a inflamarse y se acumula una gran cantidad de líquidos en el mismo, generando así que una serie de signos comiencen a aparecer en el afectado.
Esta infección se conoce mejor como otitis media, y la misma se caracteriza por limpiarse de forma independiente. Sin embargo, los síntomas tienden a ser dolorosos y debe ser tratada la enfermedad partiendo de dicho dolor. Es decir, se establece un tratamiento que acelere la curación del mismo y se realiza otro que ayude con la mayoría de los síntomas.
Ahora bien, si la infección de oído se vuelve grave y no se cura, es importante comenzar un tratamiento más fuerte basado en antibióticos si se trata de una bacteria, en donde por lo general las complicaciones ocurren en estos casos. Lo ideal es evitar totalmente consecuencias graves y ubicar el tipo de agente patógeno externo que está causando la infección.
Síntomas de la infección de oído
Como decíamos, la infección de oído genera una serie de síntomas que se basan en muchas molestias y que varían dependiendo del tipo de individuo que afecta. Es decir, si la otitis media surge en niños, los síntomas varían un poco que en los casos en donde surge la infección en los adultos. Además, los síntomas aparecen rápidamente cuando la infección está recién atacando, lo que facilita su diagnóstico.
Los principales síntomas de la infección de oído, dependiendo del individuo afectado, son los siguientes:
Síntomas de la infección de oído en niños
Los síntomas que suelen aparecer en los niños con otitis media, son los siguientes:
- Dolor de oído. El dolor tiende a ser el síntoma principal de este tipo de enfermedad, sobretodo porque la inflamación comienza rápidamente en el oído medio. Además, en estos casos el dolor se vuelve más intenso cuando los niños se acuestan.
- Tirones en el oído. En ocasiones, sin saber precisamente la causa de esto, ocurren tirones en el oído medio, en donde los niños comentan sentir que el oído se está estirando o encogiendo.
- Dificultad para dormir. Bien sea por dolor, molestias o inflamación, los niños con infección de oído tienden a demorar para dormir y se vuelven inquietos durante este momento. Esto genera que los niños se vuelven irritables fácilmente y lloren más de lo habitual.
- Fiebre. Al tratarse de una infección, es muy común que surja fiebre, sobretodo en el caso de los niños. Esta fiebre se caracteriza por sobrepasar los 38º C.
- Pérdida del equilibrio y dificultad para escuchar. Al surgir una seria cantidad de líquido en los oídos, esto quiere decir que los niños comienzan a sentir que pierden el equilibrio, además de que la inflamación y los líquidos no le permiten la entrada de forma correcta a los sonidos, generando una gran dificultad para escuchar. Dicho líquido es capaz de secretarse hacia la parte externa del oído.
- Dolor de cabeza. Por último, los niños tienden a padecer de dolores de cabeza, partiendo de todos los síntomas anteriores.
Síntomas de la infección de oído en adultos
En el caso de los adultos, los síntomas suelen ser más leves y no aparecen todos los anteriores, al menos no en la mayoría de los casos. En sí, en estos casos el oído tiende a tener un tamaño más grande que en el caso de los niños y los síntomas se atacan rápidamente.
- Dolor de oído. Pese a lo anterior, el dolor no tiende a ser diferente, e incluso suele considerarse más intenso que en el caso de los niños, dependiendo de la gravedad de la infección. Este dolor se debe a la gran cantidad de inflamación en un lugar tan reducido como es el oído medio.
- Secreción de líquido. El líquido también se forma rápidamente en el caso de los adultos, y el mismo comienza a observarse en la parte externa del oído siempre que la cantidad ya no pueda mantenerse en el oído medio. Este tipo de líquido tiende a tener un color entre amarillento y verdoso y un olor peculiarmente fuerte.
- Disminución de la audición. Por último, los adultos no se salvan de perder la capacidad de escuchar de forma correcta, partiendo de los dos síntomas anteriores.
En algunos casos, no demasiado frecuentes, suelen ocurrir otros síntomas como el dolor de cabeza y el desequilibrio.
Es necesario que cualquier persona, tanto niños como adultos, visiten a un médico de forma inmediata si los síntomas ya tienen más de veinticuatro horas en proceso, además de que si esto ocurre en bebés menores de seis meses, el médico debe rápidamente establecer un diagnóstico y un tratamiento. Además, es sumamente importante que los dolores se traten, ya que este tiende a ser el síntoma más particular e intenso de la infección de oído.
Causas de la infección de oído
La infección de oído es una enfermedad que puede ser causada por agentes patógenos externos, específicamente una bacteria o un virus. Esto, a su vez, puede contraerse de diferentes maneras, bien sea por tener alguna lesión en el oído y una herida abierta, o por introducir agua contaminada en el oído (nadas en piscinas, lagos, etc.).
Por otro lado, existe también una serie de factores de riesgo que aumentan las probabilidades de padecer de una infección de oído, y son los siguientes:
- La edad. A pesar de que una infección de oído es capaz de aparecer en cualquier persona sin importar precisamente la edad o el sexo, en según estudios realizados con anterioridad, esta enfermedad es capaz de atacar en mayor medida a los niños cuyas edades varían entre los seis meses y los cinco años de edad. Esto se debe al tamaño de sus oídos y a la forma que tienen sus trompas de Eustaquio. Además, en el caso de los niños menores de dos años, ocurre por su débil sistema inmune.
- Cuidado infantil grupal. El hecho de que un niño se encuentre en un lugar con otros niños, tal como lo es una guardería, genera que los mismos tengas mayores probabilidades de padecer de la infección de oído, sobretodo porque están más propensos a sufrir de resfriados y congestiones que también afectan los oídos.
- Factores estacionales. Por lo general, existen estaciones en donde los resfriados se vuelven comunes y la cantidad de virus y bacterias en el aire tiende a aumentar, lo que genera que cualquier persona pueda contraer una infección de oído. De forma común, las estaciones más propensas son el verano y el invierno.
- Nadar en aguas contaminadas. Si bien en muchas ocasiones es difícil saber cuáles son las aguas que pueden estar contaminadas con bacterias, muchas piscinas cuentan con bacterias capaces de generar la infección de oído. Sin embargo, en estos casos también se toman en cuenta otros factores, como el sistema inmune del organismo y lesiones en el oído que permiten que las bacterias ataquen rápidamente.
¿Cómo se diagnostica la infección de oído?
Una vez se tengan en cuenta los síntomas que hemos mencionado, se debe visitar a un médico de forma inmediata con el fin de poder diagnosticar la enfermedad. Lo ideal es visitar a un otorrinolaringólogo y explicar cada uno de los síntomas, en donde el especialista deberá analizar cada uno de ellos y proceder a realizar un chequeo físico exploratorio. Este proceso deberá comenzar con un otoscopio por medio del cual el médico revisará la garganta, la nariz y los oídos del paciente.
De forma común, el otoscopio es el único instrumento que un especialista requise para poder diagnosticar la infección de oído. Este es un instrumento sencillo de manejar que permite a cualquier persona el hecho de observar el oído y buscar cualquier indicio de líquido alojado en la parte trasera del tímpano. En el caso del otoscopio neumático, este permite que se sople aire dentro del oído, contra el tímpano, generando con ello que el tímpano se mueva y así poder observar el movimiento del mismo.
Se pueden establecer diferentes diagnósticos ya que no todas las infecciones de oído tienden a ser iguales. El posible diagnóstico puede ser cualquiera de las siguientes opciones:
- Otitis media aguda. Por lo general, esta tiende a ser la infección de oído más recurrente de todas y es aquella que muestra cierta cantidad de líquido en el oído medio junto con diferentes síntomas.
- Otitis media con efusión. Esta es un tipo de infección de oído que no muestra síntomas de una infección pero muestra líquido en el oído medio.
- Otitis media supurativa crónica. Por último, puede darse el caso también de ocurrir una otitis media crónica, la cual se caracteriza por mostrar una infección persistente en el oído, debido a una perforación en el tímpano. Este tiende a ser uno de los peores diagnósticos.
Además de esto, el especialista podrá realizar un cultivo de secreción para determinar el tipo de bacteria o virus que está causando la infección y partiendo del resultado, establecer el mejor tratamiento.
Tratamiento para la infección de oído
Una vez se haya realizado el diagnóstico, se debe proceder a establecer un tratamiento adecuado con el fin de reducir los síntomas y tratar al mismo tiempo el tipo de agente patógeno externo que está causando la enfermedad. Lo idea es comenzar por reducir el dolor y la inflamación, mientras se consiguen los medicamentos, para comenzar a reducir la hinchazón.
Se recomienda la colocación de una compresa tibia en la zona del oído con el fin de reducir el dolor y aliviar las molestias, además de que se establece un tratamiento con analgésicos que ayuden a reducir los dolores. Lo ideal es que cualquier tipo de medicamentos, aunque sea de venta libre, sea administrado o ingerido del modo en el cual lo haya indicado el especialista. En el caso de los niños se debe tener especial cuidado con estos fármacos, sobretodo porque pueden generar efectos secundarios. Además de esto, como decíamos, los antibióticos serán los ideales para eliminar la infección por completo, en donde el nombre deberá ser compatible con los que se ofrecen como resultado en el cultivo del líquido. Es decir, la bacteria en muchas ocasiones puede ser resistente a algunos medicamentos, lo que quiere decir que estos no generarían ningún efecto.
El tiempo de duración de los antibióticos dependerá de la edad del paciente y de la gravedad de sus síntomas, y aún cuando los síntomas se observen mejorados, se debe continuar el tratamiento hasta que el médico lo haya indicado, ya que muchas bacterias vuelven a reproducirse si los antibióticos se ven interrumpidos.
Por otro lado, de no tratarse adecuadamente la infección de oído, la misma puede agravarse y comenzar a generar complicaciones dentro de las cuales destacan la pérdida auditiva, retrasos en el desarrollo de los niños, la aparición de otras infecciones y roturas en el tímpano.
¿La infección de oído se puede prevenir?
Si bien es imposible prevenir de forma total una infección de oído por diferentes factores de riesgo y causas comunes, en realidad se pueden establecer una serie de recomendaciones específicas que se pueden llevar a cabo con el fin de reducir el riesgo en un porcentaje mayor al 50%. Las medidas preventivas son las siguientes:
- Evita resfríos y enfermedades comunes. Es imprescindible que te mantengas alejado de cualquier persona o zona en donde se encuentren individuos que posiblemente tengan alguna gripe común o cualquier otra enfermedad similar, ya que estas son capaces de elevar el riesgo de contraer una infección de oído. Además, evita compartir utensilios u objetos personales con otras personas, sobretodo en el caso de los niños. De ser necesario, evita que niños o adultos tosan o estornuden cerca de otros sanos, y enseña a los niños de tu familia que deben tapar sus bocas y narices al toser o estornudar cerca de otros. De ser posible, evita enviar a los niños a sitios como guarderías.
- Evita olores fuertes. Es importante que mantengas a los niños alejados de humor fuertes, como el cigarrillo, la pipa y el tabaco. Del mismo modo, evita ser fumador activo o pasivo.
- Si tienes un bebé, amamántalo. Es bien sabido que la leche materna ayuda de forma considerable a elevar el sistema inmune de un niño, lo que ayuda a evitar infecciones de oído.
Y por último, al tratarse de un niño, independientemente de su edad, debes tener en regla todas sus vacunas ya que esto mantiene su sistema inmune fortalecido, lo que ayuda a que las otitis se mantengan al margen.