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Introducción
La deshidratación, más que una enfermedad se ha convertido en un importante síntoma de otros padecimiento, recordemos que esta se produce principalmente cuando se usa o se pierde mayor cantidad de líquido del que se ingiere, con lo cual el cuerpo no dispone de líquido o agua suficiente para reponerlo y cumplir adecuadamente con sus funciones normales.
Es importante tener en cuenta que, aunque cualquier persona puede experimentar o desarrollar una deshidratación, hay que tener mucho cuidado sobre todo con ancianos y niños, quienes se ven muy afectados por esta.
Causas de la deshidratación en niños
Existen dos condiciones o afecciones que con mayor frecuencia son las responsables de la deshidratación en niños y son: la diarrea y los vómitos intensos. Sin embargo, hay otras afecciones que causan deshidratación como: sudoración excesiva, fiebres y enfermedades agudas que provoquen inapetencia.
Causas de la deshidratación en adultos mayores
Recordemos que, por naturaleza, las personas ancianas tienden a tener un volumen de agua bastante menor en sus cuerpos, lo cual además es profundizado con el consumo de medicamentos que potencian el riesgo de deshidratación. Es importante tener en cuenta además que, infecciones que puedan afectar órganos como los pulmones o la vejiga, son capaces de provocar deshidratación, sobre todo en los adultos.
Cabe destacar que, cuando hablamos de una deshidratación leve o moderada esta se puede resolver simplemente con la ingesta de líquidos, sin embargo, cuando nos referimos a una deshidratación grave para superarla es necesario la aplicación de un tratamiento médico urgente.
Sin embargo, estas no son las únicas causas, seguidamente describiremos otras causas que resultan más generales, por lo que cualquiera puede experimentarlas.
Diarrea o vómitos. Cuando hablamos de diarrea nos referimos, a aquel tipo de diarrea que se presenta de forma repentina y violenta, causando grandes pérdidas tanto de agua como de electrolitos, en muy poco tiempo, además actúa impidiendo que el tracto intestinal absorba el agua proveniente de los alimentos que consumimos a diario. Por otro lado están los vómitos, los cuales son provocados por enfermedades que se transmiten a través del consumo de alimentos o aguas, y mediante la intoxicación por alcohol.
Cabe destacar que, cuando los vómitos van acompañados de la diarrea generan mayor pérdida de líquidos y minerales.
Fiebre: Esta es directamente proporcional a la deshidratación, es decir, mientras más se eleve la temperatura, mayor será el grado de deshidratación.
Transpiración excesiva: Normalmente cuando transpiramos, perdemos agua, pero si esta transpiración se vuelve excesiva, como en el caso de cuando realizamos actividades físicas enérgicas, podemos deshidratarnos, siempre y cuando no consumamos líquidos.
Incremento en la necesidad de orinar:Esto por lo general ocurre cuando estamos en presencia de ciertas enfermedades que no son diagnosticadas y por lo tanto no son controladas, como es el caso de la diabetes. También hay un conjunto de medicamentos, que favorecen o intensifican la necesidad de orinar, un ejemplo de ellos son los diuréticos y algunos medicamentos para la presión arterial.
Síntomas de la deshidratación
En la mayoría de los casos, no se presentan indicadores tempranos de la deshidratación, ya que por ejemplo en el caso de los adultos mayores cuando sienten sed es porque ya están deshidratados. A continuación describiremos algunos de los síntomas que se presentan en la deshidratación dependiendo de la edad.
Lactantes o niños pequeños
Los principales síntomas en esta etapa de la vida son: boca y lengua secas, ausencia de lágrimas durante el llanto, ausencia de orina durante un lapso de aproximadamente tres (03), ojos, mejillas y fontanela (zona blanda de la parte superior de la cabeza) hundidas e irritabilidad.
Adultos
En el caso de los adultos, experimentan síntomas como: sed excesiva, disminución en la frecuencia de las micciones, lo cual genera una orina más concentrada por lo que su color resulta muy oscuro, además de sentir fatiga, mareos, confusión e irritabilidad.
Adultos mayores
Aunque es difícil percibirla en esta etapa de la vida debido a que los síntomas se asocian con otras dolencias, existe una serie de síntomas asociadas a esta que, describiremos a continuación.
En el caso de que sea leve la deshidratación, podemos observar: cansancio, somnolencia, fatiga y dolor de cabeza. Sin embargo, sí es moderada, además de los ya descrito se suman: falta de elasticidad en la piel, disminución en los niveles de orina y un importante aumento del ritmo cardíaco.
Cabe destacar que, cuando es severa, los síntomas son más complicados como: ausencia de orina, aceleración de la respiración, estado mental afectado así como piel fría y húmeda.
Aporte de líquido al organismo
Las principales fuentes de líquido en el organismo, son: consumo de líquidos, como agua jugos, tés entre otros; así como el agua proveniente de los alimentos y el agua que se genera en los procesos metabólicos. Al no haber los aportes adecuados de líquidos, es cuando se produce la deshidratación, ya que normalmente, las pérdidas de estos se producen a través de la piel cuando sudamos, de la respiración sobre todo cuando hay un aumento del esfuerzo físico o por la presencia de enfermedades respiratorias, así como por la vía gastrointestinal incrementándose con las diarreas y por la vía renal a través de la orina.
¿Cuándo debemos acudir al médico?
Es importante acudir al médico cuando presentamos una diarrea continua con progresión de 24 horas o más, si observamos a la persona desorientada o irritable, presencia de sangre en las heces.
Complicaciones
Cabe destacar que, cuando la deshidratación no es tratada puede traer consigo una serie de complicaciones que pueden variar su intensidad de leve a grave, a continuación describiremos algunas de las complicaciones más graves que podemos encontrar.
Lesión por el calor: Este tipo de complicación, se presenta principalmente cuando no ingerimos suficiente líquido luego de transpirar mucho. Esta se expresa a través de calambres musculares leves, agotamiento por el calor e inclusive un golpe de calor que puede poner en riesgo la vida de quien lo sufre.
Problemas renales y urinarios: Cuando estamos deshidratados nuestro sistema urinario no funciona adecuadamente, lo cual puede traer consigo infecciones urinarias, cálculos renales e, incluso, insuficiencia renal.
Convulsiones: La deshidratación trae consigo un desequilibrio a nivel de electrolitos, provocando que la señal eléctrica se mezcle generando contracciones musculares involuntarias e incluso pérdida de la conciencia. Recordemos que, electrolitos como el potasio y el sodio son los principales responsables del transporte de las señales eléctricas entre células.
Choque por volumen sanguíneo bajo: este es el que conocemos con el nombre de choque hipovolémico. Esta es considerada como la complicación más grave, ya que al estar deshidratados disminuye el volumen de sangre, lo cual a su vez provoca una disminución de la presión arterial, generando al mismo tiempo una disminución en la cantidad de oxígeno en tu cuerpo.
Medidas para prevenir la deshidratación
Beber de 6 a 8 vasos de líquidos al día: Es importante tener en cuenta que, el agua se ha convertido en el principal líquido que favorece la hidratación del cuerpo, sin embargo, no es el único, ya que también se pueden consumir otras bebidas como zumos, lácteos, infusiones, refrescos (no químicos) y sopas no saladas.
Consumo de alimentos ricos en agua: esta medida debe acompañar a la anterior. Dentro de los alimentos más recomendados tenemos: las frutas y verduras, como: melón, sandía, fresas, uva, naranja, zanahoria o pepino, entre otros.
Evitar el consumo de bebidas no recomendables: Dentro de este grupo de bebidas incluimos el café o el té, así como las bebidas alcohólicas, ya que no todos los líquidos son recomendados para mantener el equilibrio hídrico, y en el caso del té y el café, estos actúan como diuréticos.
Beber más líquidos en las horas de calor:Las altas temperaturas acompañadas de la humedad, son responsables de muchos de los casos de deshidratación que se presentan, por lo que, es importante aprovechar las elevadas temperaturas, para ingerir más líquido sobre todo si son bebidas que cuentan con un contenido moderado de azúcares que son de absorción rápida y sales minerales, ya que ellas favorecen la adecuada hidratación.
Diagnóstico de la deshidratación
Para realizar el correcto diagnóstico de un caso de deshidratación, es importante tener en cuenta principalmente los signos y síntomas. Además de esto, es probable que la persona tenga una presión arterial baja, así como una frecuencia cardíaca acelerada. Una vez evaluados los signos y síntomas físicos, es recomendable realizar unos análisis de sangre que incluyan la evaluación de los niveles de electrolitos en sangre. Al mismo tiempo es importante realizar un análisis de orina.
Tratamiento de la deshidratación
El tratamiento va a depender de la edad, la gravedad de la deshidratación así como su causa. Sí se trata de niños y bebés, es necesaria la administración por vía oral de un suero rico en agua y sales minerales, con lo cual además de líquido se repondrán los electrolitos. Esta solución será suministrada de la siguiente manera: una cucharadita (5 mililitros) cada 1 a 5 minutos y progresivamente se va incrementando la cantidad. En el caso de los adultos, el tratamiento es a base de líquidos principalmente.
Es importante tener en cuenta que, las bebidas deportivas comerciales no contribuyen eficazmente a reponer los electrolitos en su cuerpo, sino todo lo contrario, pueden resultar muy perjudiciales para la salud.
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