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Introducción
Cuando hablamos de depresión, nos referimos a una enfermedad grave, común y que en la mayoría de los casos es silenciosa, la cual se caracteriza por afectarnos tanto física como mentalmente, sobre todo en nuestra forma de pensar y sentir. En la mayoría de los casos lleva a quienes la padecen a alejarse de familia, amigos e incluso el trabajo y la escuela.
Cabe destacar que, todos en algún momento de nuestra vida hemos experimentado sentimientos de tristeza y nostalgia, sin embargo, estos son normales siempre y cuando estos sentimientos no se vuelvan frecuentes. Son múltiples los factores que pueden afectar el correcto funcionamiento de la parte emocional del cerebro, causando depresión, sin embargo, el hecho de que esta se desarrolle va a depender de la personalidad de cada individuo.
Efectos de la depresión
Dentro de los efectos que tiene la depresión en nosotros, tenemos: ansiedad, pérdida del sueño, así como del apetito, además nos genera falta de interés o placer hacia la realización de determinadas actividades. Todo esto además de angustia, tristeza y melancolía permanente.
Tipos de depresión
Son varios los tipos de depresión que se conocen, los cuales se abordan o tratan de distintas maneras, a continuación describiremos algunos de los que se conocen de una forma breve pero detallada.
Depresión mayor: este tipo de depresión interviene de una forma profunda sobre las actividades diarias de quienes la padecen, afectándolos en su trabajo, estudios, dormir, alimentación, así como en sus momentos de esparcimiento. Esta resulta de una combinación de síntomas.
Distimia: este es un tipo de depresión menos severa, cuyos síntomas se mantienen a largo plazo, sin embargo no afecta el desenvolvimiento normal de quien la padece.
Desorden bipolar o enfermedad maniaco-depresiva: No es de alta prevalencia y se caracteriza por presentar cambios bruscos en el humor. Pasando de un estado de ánimo alto a uno muy bajo o viceversa.
Depresión post-parto: Este tipo de depresión afecta a las dos terceras partes de las madres primerizas. Haciéndolas sentir ansiosas, generándoles insomnio e impidiéndoles tomar decisiones sencillas. Aún se desconocen las razones que lo desencadenan, pero hay factores que se asocian a esta como: el estrés, el desajuste hormonal que se genera en el embarazo.
Grupos vulnerables
En realidad con esta afección, no existe un grupo étnico o social vulnerable. Todos pueden ser afectados. Ya que con esta enfermedad se ven afectados por igual tanto niños, jóvenes como adultos sin importar la raza o el sexo.
Factores que influyen en la depresión
Acontecimiento emotivo: Este tipo de situaciones en muchas ocasiones se vuelven tan difíciles que las personas caen en una profunda depresión. Dentro de estas podemos mencionar: pérdida de un empleo o culminación de una relación amorosa, divorcio, jubilación, el fallecimiento de un ser querido, presiones en el trabajo o incluso incremento en la pobreza
Migración: esta es una de las situaciones más difíciles que puede vivir una persona, porque generalmente cuando emigra, deja a un lado a sus afectos, dentro de los que podemos mencionar familia y círculo de amigos, con lo cual se genera un vacío emocional, que resulta muy difícil de llenar. De hecho, llegar a otro país y adaptarnos a su cultura, su gente y su alimentación, resulta muchas veces inmanejable.
Sexo: Aunque ya señalamos que, la depresión afecta por igual a hombres y a mujeres, muchos estudios han revelado que las mujeres tienen la probabilidad de sufrir dos veces más depresión que los hombres. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las razones por las que ocurre no están bien claras aún, debido a que existen diferencias genéticas y hormonales.
Antecedentes familiares: Este es un factor a tener en cuenta cuando se sufre de depresión, ya que existe el doble de probabilidades de padecerla, por lo que es bueno conocer la historia familiar.
Desarrollo de enfermedades: La aparición de una enfermedad que se vuelve crónica, desarrolla en quien la padece un tipo de depresión Dentro de este tipo de enfermedades tenemos: Alzheimer, cáncer, diabetes, afecciones al corazón, así como cualquier otro padecimiento que resulte prolongado.
Alcohol y drogas: Cuando se consume en extremo o se abusa de estos elementos, se potencian altamente las probabilidades de padecer una depresión, ya que estos afectan negativamente el sistema nervioso central.
Síntomas de la depresión
Son varios los signos y síntomas que se presentan cuando padecemos de depresión, sin embargo, estos van a depender principalmente de quien la padezca. Dentro de los más comunes tenemos: El primer síntoma está relacionado con el estado de ánimo, el cual se vuelve irritable. También se pueden presentar variaciones en el peso, ya sea porque disminuye o sufre un incremento notable. En cuanto al sueño, este también se desbalancea ya que la persona que se encuentra deprimida puede presentar insomnio o hipersomnia.
Otros de los síntomas que podemos observar son: quien padece de depresión a menudo se siente inútil o culpable. Además presenta dificultad para pensar o concentrarse, volviéndose una persona muy indecisa. Y en los casos más extremos la persona resulta abrumada por pensamientos relacionados con la muerte.
Tratamiento para la depresión
Cabe destacar que, antes de iniciar cualquier tratamiento, es necesario tener en cuenta algunos factores como lo son: la intensidad de los síntomas, los antecedentes familiares y el tratamiento que desee la persona. La forma más común de tratar este padecimiento, es a través del suministro de medicamentos llamados antidepresivos.
Recordemos que, los antidepresivos actúan devolviendo el equilibrio químico normal a la parte del cerebro relacionada con lo emocional. Debemos tener en cuenta que, estos medicamentos ni cambian nuestra personalidad ni crean hábito. Estos mejoran el estado de ánimo, y al mismo tiempo regularizan el sueño y el apetito.
Para que estos actúen eficazmente, es necesario un período de tiempo considerable. Una vez iniciado el tratamiento, los primeros cambios los notaremos entre 3 a 4 semanas, sin embargo otras personas pueden tardar entre 6 a 8 semanas. La medicación no es la única opción, también existen las terapias psicológicas o psicoterapias, las cuales pueden ser individual, familiar o grupal, estas van a depender de la necesidad de cada individuo.